La Obesion del ceo por Maricel98 novel Chapter 112

Me encuentro con Aarón en brazos mientras Fernando está centrado en la televisión. Debido a la tensión de la mansión decidimos venir a su departamento.

A pesar de que finge una sonrisa ante nuestro hijo puedo darme cuenta de que está completamente destrozado lo cual es normal porque se trata de su madre.

—Puedes quedarte con Aarón está noche, solamente quiero descansar.

—Ni tu hijo ni yo nos iremos a ningún lado. —Me acerqué a su lugar en el sofá con Aarón en brazos. —Papi necesita un beso y que le digas cuanto lo quieres Aarón.

El pequeño se sentó arriba de él y dejo dos besos en sus mejillas.

—Te amo mucho papi.

—Mi campeón —Él lo estrecha entre sus brazos y deja dos besos en su frente mientras el pequeño lanza bostezos.

—Ya es hora de dormir y tú también necesitas descansar Fernando. Ve a ducharte mientras arropo a Aarón en su cuarto.

Él simplemente asiente.

Mi hijo me guio rumbo hacía su alcoba y allí lo arrope y deje un beso en su frente.

—¿Me lees un cuento?

—Solecito ya estás muy cansado y mañana debes ir al colegio. Estaré con papi durmiendo al lado.

—¿Por qué papi está triste?

—Son asuntos de adultos debemos ser muy amorosos con él

—¿Por qué no le das un beso de novios?

Reí fuerte —Duerme, ocurrente y te amo.

Espere unos minutos y al ver que Fernando no salía de la ducha entre al baño sin tocar me percaté de que él está en la ducha, vestido y llorando. Eso es lo que él hace para desahogarse solo.

Me adentre en la ducha y lo abrace de la cintura dejando un beso en su mejilla.

—Fer vamos a dormir.

Él niega con la cabeza —Mi madre…—Él solloza

—Tu madre engañó a Edward bebé, pero eso no tiene que ver contigo.

—Sé que intentas protegerme, pero lo sé todo. —Me dice entre sollozos.

—No sé dé que hablas Fer

—Diego me lo dijo hace mucho tiempo, pero nunca le creí—Él se deja caer en la ducha simplemente me senté arriba de él y comencé a abrazarlo.—No lo creí hasta que lo escuche de sus labios porque yo las escuche hacer unas horas, Belinda. Fui tan cobarde que no la denuncie.

—No es fácil Fer—Me dediqué a acariciar su cabello mojado, me estoy empapando junto con él, pero no me importa.

—Se lo debo a mi padre, lo haré mañana mismo

—Y yo estaré contigo en todo momento

—¡Eres muy cruel!

—¿Por qué?

—Cada segundo logras que te amé más y más —Él lleva su mano a mi mejilla —Eres hermosa dulce y amorosa, te amo desde que soy un niño y siempre lo haré.

Reí —¿Entonces porque siempre me quitabas mis juguetes? ¿O rompías mis muñecas y las de Mariana?

—Porque estaba aburrido y quería llamar tu atención.

—Lo lograste

Él toma mi cintura pegándome aún más a él y deja un beso en mi frente.

—Te amo, princesa hermosa y soy consciente de que no merezco tu amor.

—El corazón no elige quien es el más adecuado o no para amar. —Centre mis ojos en los suyos —Tal vez también me gustabas cuando era pequeña y por eso te perseguía y me ocultaba contigo en nuestros juegos.

Él ríe —Lo sabía