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La Obesion del ceo por Maricel98 novel Chapter 121

Summary for Capítulo 121: La Obesion del ceo por Maricel98

What Happens in Capítulo 121 – From the Book La Obesion del ceo por Maricel98

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Durante la cena me senté al lado de Mariana quien es la única que no me ignora porque mi padre también está centrado en sus amigos, Catalina y la nueva conquista de Fernando siento que si desapareciera en este instante nadie lo notaría.

—Disimula un poco —Me pide Mariana en un susurro—Ni yo te miraba así cuando nos llevábamos mal, se ve agradable la chica.

Reí —Tu hermano es un idiota ¿Por qué tuvo que traer a su nueva novia al cumpleaños de mi papá?

—No le veo nada de malo, él tiene derecho a rehacer su vida.

—Hagan silencio por favor — Solicita papá llamando nuestra atención —Primero que nada quiero agradecerles por su presencia en mi cumpleaños familiares, colegas y amigos. Como ustedes sabrán el último año ha sido muy complicado para mi familia, no es ningún secreto para nadie que mi exesposa fue encarcelada, mi empresa fue cerrada y perdí a dos familiares, entre otras cosas, pero eso es parte del pasado. Hoy cumplo un año más de vida y solamente, quiero agradecerle a la vida por darme una nueva oportunidad para disfrutar con mi familia. Mis dos hijas y mi hijo, mis nietos y una persona que ha llegado para darle luz a mi vida. —Él se centra en Catalina.—Llegaste en el momento más oscuro de mi vida a llenarme de luz y despertaste en mi sentimientos que creí muertos. Por eso quiero agradecerte y reiterar frente a todas estas personas lo mucho que te amo, Catalina Martínez.

—Yo te amo mucho más Edward Galván.

Nos dedicamos a aplaudir mientras ellos unieron sus labios en un beso corto.

Que puedo decir, me alegra que ellos hayan formalizado su relación porque se lo merecen y considero a Catalina una excelente mujer la cual merece a mi padre y él la merece a ella.

Lo que más deseo es que en un futuro se casen y sean muy felices.

Es todo lo que deseamos Fer, Mariana y yo para papá que sea muy feliz y haga su vida así como nosotros estamos haciendo la nuestra con nuestros hijos.

La cena transcurrió rápidamente y continuamos con la fiesta en la sala.

En cuanto colocaron música las parejas comenzaron a bailar y yo me aleje rumbo al jardín porque no deseo ser la amargada que se sienta en un rincón a dar pena.

—Mi amor —salí de mis pensamientos cuando Catalina se acercó a mi

—Felicidades, no podía decir que no me lo esperaba.

Ella ríe —Aún estoy roja no me esperaba que Edward hablará de nosotros frente a todos los invitados

—El amor no debe ocultarse

—Crees que sus demás hijos me acepten

Asentí con la cabeza —Fer solo desea la felicidad de papá y Mariana ha madurado mucho. En cuanto a mi solamente deseo que sean felices.

—Bell, Emiliano y yo también queremos verte feliz —Ella señala a Fernando quien está bailando con Meg y Aarón.

—Él es parte del pasado

—No lo creo, si mi hijo se alejó de ti es para que seas feliz. Deberías hablar con Fernando.

—¿No estás enojada?

Ella niega con la cabeza —En el corazón no se manda.

Tome valor y me acerqué a los niños tomando a Aarón en brazos para bailar junto con el mientras Fernando baila con Megan.

Pensé que su novia se enfadaría, pero ella se dedicó a beber vino y charlar con Mariana despreocupada.

Luego de unas dos horas me percaté de que ya es tarde y subimos a los cuartos de los pequeños para recostarlos y arroparlos dejando besos en sus mejillas.

Cuando terminamos de dejar a los pequeños regresamos al jardín. Él estaba a punto de ingresar nuevamente a la fiesta, pero yo lo detuve del brazo.

—¿Piensas volver a irte?.

—Me está llendo muy bien en la nueva empresa en la cual trabajo y gano muy bien, pero extraño mucho a los niños. Sin embargo, tengo compromisos que cumplir.

—¿Trabajas con ella? ¿Verdad?

—Así es y no entiendo el tono de tu voz ¿Acaso no estás feliz con Emiliano?

—¡Por supuesto que si!

—¿Entonces donde está él y por que tienes esa cara de amargada?

—¡Idiota!

—No quiero discutir, Belinda. Como tú me dijiste la última vez ya somos adultos y debemos ser maduros.

—Exactamente, se ve que Belén es una gran mujer.

Él no deja de reír —Me fascinan tus escenas de celos. Dices que Belén es maravillosa y aún frunces el ceño.

—Belén es una gran mujer, pero tiene pareja.

—¡Por lo visto sigues mintiendo a la perfección!

—Si quieres puedes preguntarle a ella misma o a su novia, Jessica.

—¿Jessica? ¿Tu ex?

Él asiente con la cabeza —Exactamente, Jessy hace menos de un año salió de rehabilitación y te envía saludos. Me pidió que te haga saber que siempre estará en deuda contigo y te desea mucha luz en tu vida. Me animo a regresar aquí y me pidió que acompañe a su novia porque no conoce la ciudad.

Es increíble lo idiota que fui y como a él le encanta verme la cara de ingenua.

—Me alegra que ella esté mejor y enamorada.

—No estábamos hablando de Jessy sino de tus temores.

—Me lastimaste demasiado y no creo poder volver a confiar en ti. No es solamente desear hacerlo cuando la confianza se rompe es imposible repararla.

—No hay imposibles si así lo deseamos. Solamente te pido una oportunidad para

demostrarte que he cambiado.

—Soy consciente de que has cambiado, Fernando, pero sinceramente pienso que somos mejores separados que juntos.

—Yo pienso que un amor como el nuestro merece un último esfuerzo.

—No lo sé

—Te pido un día

—¿Un día?

—Si te pido el día de mañana. Si para mañana a media noche no logró al menos tener un besó tuyo me resigno a que seamos solamente amigos para toda la vida, pero si yo ganó nos dejamos de tonterías y nos casamos. Piénsalo al…

—Está bien aceptó, mañana será tu última oportunidad, no lo arruines.

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