Summary of Capítulo 74 from La Obesion del ceo por Maricel98
Capítulo 74 marks a crucial moment in Internet’s Internet novel, La Obesion del ceo por Maricel98. This chapter blends tension, emotion, and plot progression to deliver a memorable reading experience — one that keeps readers eagerly turning the page.
Me encuentro cenando con Margarita, el pequeño Mateo y mi tío, no dejamos de reír mientras ella cuenta sobre su discusión con el chofer del autobús porque se detuvo dos cuadras después.
—Eres peligrosa sola en la calle
—Quería dejarte a solas con el Doctor Bombón. —La golpeé por debajo de la mesa debido a su comentario
—No pongas esa cara mi amor me doy cuenta de su actitud contigo.
Reí fuerte —Emiliano solamente es amable de hecho hoy estuvimos hablando sobre la mujer de la cual está enamorado.
—Si no es él muy pronto llegará el hombre ideal para ti
Negué con la cabeza —Justamente hace un rato hablamos del pésimo gusto de los Uriarte tío
—Tú puedes romper esa tradición.
—O usted José Luis, aún es un hombre muy joven y guapo.
Él simplemente ríe ante los cometarios de ella. Mi tío es un hombre bastante conservador y nunca se fijaría en una mujer a la cual prácticamente le lleva quince o veinte años.
—Disculpa a mi imprudente amiga, tío. Pero tiene razón aún estas en tus mejores años.
—No estamos hablando de mí sino de ti y sigo pensando que le gustas a ese muchacho.
—¿Cómo te fue con el Doctor, Margarita? —Cambie de tema
—Mateo la próxima semana comenzará sus terapias en las cuales le enseñaran el lenguaje de señas y a leer los labios aunque por supuesto irán de a poco.
También me hablo de un implante pero es costoso.
—No te preocupes de alguna forma conseguiremos el dinero. —Lance un bostezo—Provecho.
Margarita me lanzo una mirada asesina mientras me sirve más comida en el plato.
—Nada de comer como pajarito, Querida. Sabes que debes comer bien.
Mi tío río ante sus regaños.
—Puede comer más tarde.
—Luego se hace la tonta y no come nada, en su estado es……
Le lance una mirada para que se calle, pero creo que ya es demasiado tarde.
—¿De qué estado habla?
—Señor sabe que yo suelo decir tonterías.
—¡Belinda te hice una pregunta!.
—No quería que nadie se entere, pero tú eres de mi absoluta confianza y tarde o temprano te darás cuenta. Estoy embarazada.
Puedo observar una mezcla de enojo y sorpresa en su mirada. Me mata la idea de que lo he decepcionado por segunda vez.
—Es de…
Asentí con la cabeza
—Si es de Diego, producto de sus abusos —No logró dejar de sollozar —Yo te juró que intente cuidarme, pero él me tenía encerrada y no podía…
Él me estrecha entre sus brazos y deja un beso en mi frente —Nada de esto es tu culpa, debí matar a ese maldito cobarde.
Negué con la cabeza
—No quiero que vayas a la cárcel yo te necesito tío.
—Me tienes y siempre me tendrás. No importa lo que decidas yo siempre estaré contigo.
—Yo lo quiero tener.
—Entonces lo tendrás y lo cuidaremos tanto como a Aarón.
—Gracias tío.
Durante la noche no logré dormir demasiado aunque eso no es novedad en mi vida. Con tantos problemas no es fácil conciliar el sueño.
Mi principal preocupación es el bebé, su crecimiento muy pronto comenzará a notarse y eso es muy peligroso.
Al despertarme me duché no tardando más de diez minutos y luego me vestí para ir al supermercado a realizar unas compras. Sin embargo, antes desayuné un té con galletitas y tomé mis vitaminas.
Cuando estaba a punto de irme me percaté de que alguien tocó la puerta. Al abrir me percaté de que se trata de la señora Malena.
Ahora sé que no solamente es la abuela de Mariana sino la mía. Es increíble que tenga otra abuela y esa bruja gritona sea mi media hermana.
La bruja de Olga es mi madrastra y Fernando mi hermanastro, por un pelo no cometimos incesto.
—No lo sé—Es todo lo que logró formular debido a mi confusión
—Sé que es una situación muy complicada porque no nos quieres en tu vida, pero debes pensar en lo mejor para ti y tu hijo. Con ese dinero le podrías dar una mejor vida al pequeño.
—Eso es verdad también podría ayudar a mi abuela y mi tío, pero ganaría muchos problemas.
—Tú y Mariana se llevan un mes de diferencia y nadie sabe de la existencia de la otra hija de Edward. Por lo cual ella podría quedarse con el dinero que tu abuelo dejo para ti.
—Es decir que solamente Olga sabe que ese dinero es para mí y no para su hija porque nadie más sabe de mi existencia.
—Exactamente, ni siquiera el propio Edward sabe que tu abuelo se refería a ti. El lo estipulo de esa forma para proteger tu identidad. Olga ingenuamente cree que yo me quedaría en silencio por sus amenazas.
—¿Se atrevió a amenazarla?.
—Esa mujer no tiene límites. Si deseas reclamar lo que es tuyo házmelo saber por qué Mariana tomará posesión la semana que entra.
—No entiendo por qué hace esto, Mariana es su nieta y a mí a penas me conoce.
—Quiero cumplir la última voluntad de mi esposo. Ante cualquier duda puedes llamarme o al abogado, al final de la lista tienes su número.
—Muchas gracias, señora.
—Dime abuela por favor lleves o no el apellido tú eres Galván.
Asentí con la cabeza —Gracias Abuela
Verdaderamente no sé que pensar y mucho menos que hacer, si aceptó ese dinero Olga se convertiría en mi peor enemiga aunque ya lo es.
Pero también tendría derechos sobre la mansión y podría irme a vivir con Aarón y Fernando, no podría hacer nada al respecto.
Tendría medios para enfrentar a Fernando y Diego en la Corte.
Debería perder esta oportunidad o enfrentarme a mis enemigos como una Galván.
Galván, al ser hija de Edward legalmente también tendría derecho a la empresa.
Si Diego accedió a la presidencia solamente por su apellido yo también podría hacerlo y quitársela a Fernando.
Reí por dentro al imaginar los límites de mi imaginación porque nadie votaría por mí. Solamente mi padre y Ariel posiblemente.
Como dice mi abuela si haces algo hazlo bien o si no no hagas nada. Por lo tanto, si me decido a tomar esa herencia será con el objetivo de enfrentarme a ellos y destruirlos.
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