¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia novel Chapter 642

Capítulo 642 

Elia, sintiéndose un poco desesperada, agitó su cabeza y le dijo en voz alta: “¡De nada sirven los sueños si no son reales! Levántate y gana dinero, esfuerzate por llevar a Orson a tu cama. Eso es lo que importa“. 

Jimena, despertada por el ruido, murmuró: “En mis sueños, al menos puedo besarlo, eso es suficiente“. 

*Incluso si en tu sueño te comes entero a Orson, no te vas a embarazar. Con lo guapo que es Orson, ¿no quisieras tener un hijo con él?” Elia usó su as bajo la manga, un servicio de despertador único. 

Al escuchar esto, Jimena abrió los ojos de golpe como si se hubiera inyectado adrenalina y se sentó en la cama. Levantó las manos y dijo: “¡Lucharé, perseguiré a mi hombre ideal, tendré muchos hijos con él y viviremos felices por siempre! ¡Vamos, vamos, vamos!” 

Elia la animo: “¡Vamos, vamos, vamos!” 

Las dos se levantaron de la cama en un caos y se apresuraron al baño para lavarse la cara y los dientes y peinarse lo más rápido posible. 

Afortunadamente, ambas tenían una piel excelente, por lo que no necesitaban maquillarse. 

Si tuvieran que maquillarse, eso las retrasaria casi una hora. 

Después de apurarse, salieron corriendo por la puerta. Elia intentó tomar un taxi, pero Jimena le dijo: “No te preocupes, yo te llevaré a la oficina“.g2 

“Pero eso te hará llegar tarde“, respondió Elia, preocupada. 

“No importa, siempre y cuando llegue a tiempo para el almuerzo. Tienes una reunión a las diez, ¿no quieres ser despedida después de solo unos dias en el trabajo?” 

El trabajo de Jimena era bastante relajado, no había mucho que hacer por la mañana, siempre y cuando llegara a la oficina a tiempo. 

“Está bien, cuando resuelva este problema, te invitaré a comer“, dijo Elia mientras se subía al auto. 

“Por supuesto, pero tienes que invitarme a comer asado y tomar cerveza“, le respondió Jimena. 

Ela, apurada, llegó a la oficina a las 9:55 y corrió hacia la oficina de la secretaria. 

Al llegar a la oficina, sin aliento, vio a Vicente sentado en su escritorio con un aire de autoridad. Diana estaba parada a una corta distancia. parecia que estaba siendo regañada, con una expresión sombría en su rostro. 

Al ver esta escena, Elia suprimió su jadeo y con una sonrisa incómoda dijo: “Sr. Fuentes… 

Vicente le lanzó una mirada, levantó la muñeca y miró su reloj: “Llegaste una hora tarde, se te descontará medio dia de salario. ¿No hay problema con eso?” 

Elia negó con la cabeza rápidamente. “No“. 

Las reglas de la empresa estipulaban que llegar tarde al trabajo conllevaba a un descuento de la mitad del salario del día. Vicente era justo con todos, lo cual era bueno. 

Asi Diana no sospecharía que ella y Vicente tenían algún tipo de relación inapropiada. 

“Ten más cuidado la próxima vez Dijo Vicente antes de levantarse y salir de la oficina. 

Solo entonces Elia se atrevió a relajarse, jadeando con alivio. 

Diana le dijo con seriedad: “Apresurate y recoge tus cosas, vamos a la sala de conferencias para la reunión. No llegues tarde la próxima vez, me regañaron por tu culpa” 

Elia preguntó confundida: “¿Por qué te regañaron a ti?” 

Diana respondió: “El Sr. Fuentes dijo que como soy la gerente del departamento de secretaria, soy responsable de mis subordinados. Si alguien comete un error, también tengo una responsabilidad compartida” 

Aunque Diana todavia se vela seria y dura, Elia podia ver la alegria en su interior. 

Elia dijo de inmediato “Felicitaciones por tu promoción, Diana‘ 

Aunque solo había dos personas en la oficina, la promoción de Diana significaba que ella era la jefa de Elia, por lo que Elia felicitó sinceramente Diana desde el fondo de su corazón. 

Diana era muy capaz y dedicada a su trabajo. Además, ya tenía más de treinta años y siempre habia permanecido en el mismo lugar Si no viera un futuro, también estaria ansiosa 

Ahora que había sido promovida, al menos podría añadirle alguna esperanza a su vida. 

“Tú, tortuga. Apúrate“. Diana no pudo contener su sonrisa y fingió seriedad mientras la apuraba 

“Está bien“. Elia recogió rápidamente sus papeles y siguió a Diana a la sala de conferencias. 

El protagonista de la reunión era Vicente Fuentes, y el tema de discusión era la entrega de 20,000 teléfonos a Sergio en una semana.