¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia novel Chapter 825

Capitulo 825 

Capítulo 825 

Sergio se quedó atónito, su rostro cambió drásticamente. 

Luego, otro obrero, nervioso, confesó: “Fue nuestro antiguo jefe Sergio quien me dijo que pusiera fósforo blanco en el teléfono, me aseguró que nada malo sucedería…” 

Esos dos obreros eran dos de los que Sergio había llamado ese día. 

Sergio no pudo contenerse más, y gritó enardecido: “¡Alto, no pongas más! ¡No pongas 

más!” 

Usó sus manos y pies intentando detener la reproducción del video, y su corazón latía 

violentamente. 

Bruno buscó la aprobación de Asier, quien asintió, y finalmente detuvo el video. 

Sergio estaba tan emocionado que su respiración se agitaba, su sien latía de forma brusca y el sudor comenzó a brotar de su frente. Miró a Asier con una mirada intensa y aterradora y dijo. “Solo quería causar un caos, nunca pensé en lastimar a nadie!” 

Apretó los dientes, sus mejillas comenzaron a temblar y sus ojos estaban enrojecidos y llenos de venas. 

Al principio, solo quería causar un caos, poner la culpa del accidente en el Grupo Griera, hacer que Asier fuera el blanco de todas las críticas, luego confundir a los altos mandos del Grupo Griera, ejercer presión sobre Asier y obligarlo a renunciar.g2 

Solo si Asier dejara de ser el presidente del Grupo Griera, ya no tendría tanto poder, no podría controlar a Elia todo el tiempo. 

Solo entonces podría luchar por Elia. 

Y no en ese momento que Asier lo controlaba todo, que Elia ni siquiera tenía el derecho de elegir con quién estar. 

Inesperadamente, en la escena de la explosión, dos trabajadores murieron. 

Sergio estaba atormentado, sabía que estaba equivocado, muy equivocado, pero aún no había luchado por la libertad que quería darle a Elia. 

No podía caer. 

Al ver el estado emocional y atormentado de Sergio, Asier se dirigió a el con su voz profunda. “Creo que nunca pensaste en lastimar a nadie Por eso estas pruebas aparecen ante ti y no en la comisaría.” 

Si esas pruebas aparecieran directamente en la comisaría, ¿podría Sergio estar alli tan 

tranquilo? 

“Puedes explicar tu intención ahora, solo yo puedo resolver este problema, no me digas 

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que no lo entiendes.” Los ojos oscuros y profundos de Asier se fijaron en Sergio y su expresión era seria. 

Le estaba dando a Sergio la oportunidad de reformarse. 

Como tío y sobrino, no lo vería desviarse y no haría nada. 

Sergio miró a los ojos profundos como el mar de Asier, su corazón estaba apretado por la angustia y sus manos temblaban por apretar tanto los puños. Sus ojos estaban enrojecidos y sus mejillas temblaban mientras miraba a Asier. 

Sabía lo que Asier quería decir, necesitaba confesarlo todo, revelar la verdadera razón por la que había hecho eso. 

Quería que se uniera a él. 

Pero si incluso él se uniera a Asier, se convirtiera en uno de sus hombres, entonces no tendría forma de luchar por la libertad de Elia. 

Elia seguiría siendo controlada por Asier, atrapada a su lado como su amante. 

Si en ese momento, él admitía su error y se rendía uniéndose a Asier, ¿qué sentido hubiera tenido todo lo que había hecho antes? 

Sergio se levantó de un salto reprimiendo el dolor, sus mejillas temblaban mientras le decía a Asier: “Si, este problema debería ser resuelto por ti, porque todo es culpa del Grupo Griera.” 

Dicho eso, salió rápidamente de la oficina. 

Bruno estaba atónito, miró a Sergio salir de la oficina y preguntó a Asier: “Sr. Griera, ¿deberíamos entregar estas pruebas a la policía?”