No Soy Tu Bien Desechable (Fernanda Sierra ) Novela novel Chapter 1190

Capítulo 1190 

Escuchando lo que decian esas personas frente a ella Cristal solo pudo soltar una risa fría. 

Lo que había hecho por ellos y el dinero que los había hecho ganar ya éra suficiente para que estas personas vivieran comodamente por tres generaciones. 

Como era de esperarse, todos eran unos ingratos. 

En ese momento, Roberto se levantó y cuando esas personas vieron a Roberto, sus rostros 

involuntariamente mostraron miedo. 

Al ver que la expresión de Roberto se tornaba sombría, Cristal extendió su mano y agarró el brazo de Roberto, diciendo: “Siéntate“. 

Roberto frunció el ceño, claramente reacio a ceder. 

¡Estas personas habían tratado a Cristal de esa manera, todos merecían morir! 

“Dije que te sientes“. 

El rostro de Cristal se volvió aún más serio y solo entonces Roberto retiró la mirada asesina que había dirigido a los demás. 

Antonia dijo: “Cristal, no es por criticarte, pero realmente deberías encontrar un secretario normal. Este que recogiste de quién sabe dónde, a simple vista parece un elemento peligroso. Si lo mantienes en el Grupo Calderón, ¿qué pasa si nos trae desgracias mortales?” 

“Esto es asunto mío, así que no necesito que mi tía se meta,” respondió Cristal con tono frío. “Si se dice que el Grupo Calderón perdió dinero por mi culpa, lo compensaré. No necesitan preocuparse, no mantenemos extraños en casa. Mejor vuelvan por donde vinieron, no vaya a ser que cierre la puerta y suelte a los perros, sería embarazoso para todos“. 

“Pero…” 

El rostro de Antonia se ensombreció, pero al escuchar que Cristal ya había prometido devolver el dinero, insistió de nuevo: “Si Srta. Cristal dice que devolverá el dinero, también debería darnos una fecha. ¿Qué pasa si no devuelves el dinero en toda tu vida? ¿Esperaremos eternamente?” 

Al oír esto, Cristal miró fríamente a Antonia y preguntó: “Entonces, tía, ¿cuándo sugiere usted que devuelva el dinero?” 

“¡Tres días! Si no puedes conseguir ese dinero en tres días, entonces tendremos que destituirte“. 

Una sonrisa de triunfo apareció en el rostro de Antonia. 

Cristal había invertido todo su dinero en Calderón Producciones, y después de años de formar a tantas personas, todo había terminado en manos de Fernanda y ese Pedro que siempre le ponía trabas, dejando a Cristal sin un céntimo. 

No creía que Cristal pudiera devolver la compensación astronómica al Grupo Calderón. 

“Está bien, tres días“. 

Al escuchar que Cristal aceptaba tan rápidamente, Roberto no pudo evitar fruncir el ceño. 

Tres días, ¿cómo iban a conseguirlo? 

“Bien, entonces esperaremos y veremos“. 

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12-32 

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