Capítulo 251
Serena se encontraba distraida, levantó la mano hacia la ventana con incertidumbre y señaló: “Allá.”
Justo después de señalar, sintió que algo no estaba bien y dudosa, apuntó hacia el otro lado.
Marta se acercó sonriendo para corregirla: “Es por allí.”
La niña asintió medio entendiendo: “Ah, ya veo.”
Yael no pudo evitar reírse de su confusión y miró a Dorian: “Jefe, ¿de dónde sacó a esta niñita? Es demasiado adorable”
Intentó acercarse para pellizcar sus mejillas sonrosadas y regordetas.
Dorian se movió ligeramente para eludir la mano entrometida de Yael: “¿No tienes trabajo que hacer?”
La forma en que protegia a la pequeña hizo que Yael lo mirara con curiosidad y luego a la niña.
Ella tenía los ojos redondos y brillantes, llenos de curiosidad.
Algo en su mirada le resultó extrañamente familiar a Yael, pero no podía precisar qué era exactamente, por lo que volvió a mirar a su jefe.
Dorian también lo observaba sin moverse.
Ambos, el hombre y la pequeña, tenían una inclinación de cabeza misteriosamente similar.
En la mente de Yael surgió una sospecha imposible que rápidamente se apresuró a descartar.
Dorian era tan reservado que era imposible que tuviera una hija ilegítima.
Pero entonces recordó que Dorian y Amelia se habían divorciado repentinamente y que Amelia había rechazado reconciliarse.
Yael habia visto de cerca los dos años de matrimonio entre ellos; aunque no eran una pareja pegajosa, parecían llevarse bien
Incluso el dia antes de que se divorciaran, recordó que Amelia habia ido personalmente a la empresa para buscar a Dorian y durante la cena no hubo ninguna señal de pelea, después, fue Dorian quien le pidió que llevara a Amelia de vuelta.
Todo parecia normal.
Luego, al dia siguiente, su jefe le pidió que gestionara los trámites del divorcio.
Al ver a Yael sumergido en sus pensamientos, Dorian lo sacó de su ensimismamiento: “¿Yael?
La imagen de Amelia en su decimoséptimo cumpleaños, levantando la mirada hacia él, volvió a su mente.
Dorian apre: el brazo que sostenía a Serena y su corazón latió fuerte en su pecho.
La niña notó el cambio en Dorian y nerviosa, lo llamó: ¿Señor?”
Dorian no reaccionó, solo la miraba fijamente.
Marta también miró preocupada hacia él: “Sr. Ferrer”
Él no la miró, sus ojos oscuros seguían fijos en la niña y con calma pregunto: “Marta, ¿cuándo nació Serena?”
Marta se sorprendió con la pregunta, pero luego respondió: “Hace dos años, en noviembre.”
Dorian frunció el ceño, incluso si Serena hubiera nacido prematura, las fechas no coincidian.
¿Cómo se llama su madre?”, preguntó él.
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