Capitulo 15
Ismael sacudió la cabeza rapidamente. -No… Sólo estaba bromeando. Por favor, eres una persona abierta de mente, no te tomes en serio mis tonterías….
Dicho eso, empezó a darse bofetadas en la cara.
Natalie no dijo ni una palabra y simplemente lo miró sin mostrar ninguna emoción.
No fue hasta que la cara de Ismael estuvo roja de tanto golpearse que ella se movió y se apartó con calma.
En ese instante, el miedo que se había apoderado de los ojos de Ismael se transformó en odio mientras observaba la espalda de Natalie.
Habia registrado esa ofensa, ¡y estaba seguro de que no la dejaria en paz!
Cuando Natalie se marcho, Leonardo tambien subió las escaleras.
Tema una expresión indiferente, pero en su interior comenzaba a sospechar de ella.
A lo mejor deberia hacer que Carlos la investigara.
Hasta ese momento, su conocimiento sobre Natalie se limitaba a que era la hija perdida de la familia Lopez durante dieciséis años y que era la hermana mayor de Matilda.
En los tres años que llevaban casados, ella se habia dedicado por completo a cuidarlo, sin destacar como una mujer comin. Pero lo que sucedió hoy lo hizo abrir los ojos.
Natalie le pegó a
Emiliano lo seguía y también estaba sorprendido. Se acercó y le advirtió: Ismael, y ese tipo es muy vengativo, seguro que le buscará problemas. ¿No planeas intervenir?
Leonardo respondió con despreocupación: Ella no me pidió ayuda, ¿por qué debería
intervenir?
-Pero al menos es tu mujer.
Ante eso, Leonardo frunció el ceño y dijo friamente: Quién sabe, tal vez no después de un
tiempo.
Emiliano abrió los ojos con asombro. -¿Estás planeando divorciarte de Natalie y volver con Matilda?
Como Leonardo no respondió, lo tomó como una admisión. Tras una breve meditación, él dijo: Eso es bueno, de verdad. Siempre te gustaba Matilda. El divorcio seria lo mejor para ti y para
Natalie.
Fue Natalie quien pidió el divorcio.
+15 BONUS Al oír eso, Emiliano se quedó de piedra. Después de todo, en los tres años que ambos estaban casados, todos vieron lo mucho que a Natalie le importaba Leonardo. Pero en ese caso, ¿por qué ella había decidido divorciarse?
-¿Estás seguro?! Si fue ella la que pidió el divorcio, ¿por qué dudas? ¿Es que acaso pidió una gran compensación?
Leonardo se molestó cada vez más por lo que decía Emiliano y lo miró fríamente. -¿Tienes mucho tiempo libre? ¿Ya resolviste el asunto de esa actriz?
Emiliano no se atrevió a hablar más.
Cuando los dos llegaron a la sala, Omar y Fausto ya los estaban esperando.
Al ver a Leonardo con el ceño fruncido, Omar no pudo evitar preguntar: -Oye, ¿por qué la cara larga?
Leonardo no dio respuesta, mientras que Emiliano, d
de él, se regodeó y tomó la palabra: Su mujer quiere divorciarse de él, así que está irritado. Mejor no le
preguntes.
Sorprendido por un momento, Omar lo consoló: -Deja de pensar en cosas que te hacen infeliz durante la cena, no vale la pena.
En realidad, ninguno de ellos tenía muchas esperanzas en el matrimonio de Leonardo y Natalie, especialmente ahora que Matilda había regresado al país, a lo que su relación estaba más en peligro.
Sin que nadie se diera cuenta, Fausto, que había permanecido en silencio con la mirada gacha, apretó de repente el vaso.
Cuando terminaron de comer, Omar y Emiliano propusieron ir a un bar llamado Trono Dorado para tomar algo.
Ustedes vayan. Tengo asuntos que atender esta noche.
Una vez que Leonardo se alejó, Fausto también dijo que tenía algo que hacer y debía irse a casa.
Omar miró impotente a Emiliano y preguntó: -Todos tienen asuntos que hacer. ¿Ahora qué? ¿ Iremos a un bar cualquiera a tomar algo?
Emiliano sonrió y negó con la cabeza. -Tengo una cita con mi novia. Puedes ir tú solo.
Omar se quedó sin habla.
Al cabo de unos segundos, dijo entre dientes: -Vaya, te la pasas a mil por hora. Supongo que esta vez no es una estrella de cine, ¿verdad?
-No, no lo es. La próxima vez la traeré para que todos la conozcan.
-Vamos, ¿estás siendo serio?
+15 BONUS
-Siempre he sido serio en mis relaciones.
Omar rodó los ojos. -Cállate. Tú vete, yo también me voy a casa. ¡De verdad, no tiene chiste!
Eran más de las nueve de la noche cuando Leonardo llegó a la villa.
Al abrir la puerta, vio a Natalie preparándose para salir con una bolsa en la espalda.
En ese momento, ella iba vestida con un conjunto deportivo y llevaba el pelo largo recogido en una coleta, luciendo profesional y hermosa.
-¿A dónde vas tan tarde?
Natalie no había esperado que Leonardo volviera a esas horas, y tras una breve consternación, le contestó con calma: Tengo cosas que atender, así que quizás no vuelva en unos días.
Leonardo la agarró del brazo y la miró con expresión gélida. ¡No olvides que estamos casados! Ahora que es tan tarde, no importa qué asuntos tengas, no tienes permitido salir.
Natalie se sacudió la mano con impaciencia. -¿Y qué te importa? Tú también solías estar fuera casi medio mes. Prometi mudarme de vuelta, pero eso no significa que puedas interferir en mi vida privada.
Al decir eso, miró su reloj y se dio cuenta de que casi llegaba la hora que había acordado con
Buitre.
¡No dejaré que pongas un pie fuera de aquí hasta que me cuentes a qué sales!
Natalie levantó la cabeza y lo miró directamente a los ojos, pronunciando palabra por palabra: -¡Quitate de en medio!
Leonardo no respondió ni se movió, con sus ojos oscuros clavados firmemente en su rostro.
Después de lo que sucedió en el restaurante hoy, ya sabía que ella era bastante hábil en peleas, pero en cuanto a habilidades, no creía que fuera a perder contra ella.
Si intentaba pelear, él podría aprovecharlo y le interrogaria cuándo había aprendido artes
marciales.
En silencio, Natalie lo miró impasible. Leonardo estaba a punto de hablar cuando se produjo un suave sonido en su oído.
Él frunció el ceño, pero antes de que pudiera entender qué estaba pasando, Natalie empezó la
Natalie lo arrastró hasta el sofá y se marchó sin mirar atrás.
Sin perder el tiempo, llamó a Carlos. ¡Descubre dónde está Natalie ahora!
A medida que el cuerpo caía, los disparos comenzaron a sonar en todas partes. En cuestión de un instante, sólo quedaron cuatro o cinco de los más de diez miembros.
Ella frunció el ceño ante eso. Normalmente, su enfoque era erradicar completamente cualquier problema, pero dado que Buitre estaba al mando de la misión y ordenó la retirada, no tuvo más opción que acatar.
¡Cuidado!
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