Capítulo 44
Matilda esperaba ver en el rostro de Natalie señales de enojo o celos, pero se decepcionó, pues la otra simplemente la miraba con calma desde el principio hasta el final.
Ella dejó escapar una risa fría y miró a Natalie con desprecio, continuando: -¿Crees que fingir ser generosa hará que Leo se enamore de ti? ¡Deja de ilusionarte!
Natalie la miró a los ojos con serenidad y dijo pausada: -Matilda, eres patética.
-¡¿Qué dijiste?!
Matilda abrió mucho los ojos, mostrando rabia e incredulidad en su mirada.
¿Cómo se atrevía Natalie a calificarla de patética?
-¿Acaso no es así? Todo lo que dices gira en torno a Leonardo, como si tu vida no tuviera el más mínimo sentido sin él.
Viendo lo que estaba Matilda ahora, Natalie no pudo evitar preguntarse si durante los últimos tres años ella también había parecido así de lamentable y patética a los ojos de los demás.
-¡Natalie, tú eres la patética! Aunque regresaste a la familia López, nadie en la casa te presta atención, ¡ni siquiera a tu marido le agradas! ¡Así que tú eres la verdadera pobrecita!
Natalie sonrió levemente. Quizás alguna vez había tenido la ilusión de recibir amor de la familia López o de Leonardo, pero ahora ya no le importaba.
Porque amarse a sí misma era lo más importante. Soñar con obtener cariño o cuidado de otros sólo la haría entrar en su juego.
-Lo que tú digas. Si logras persuadir a Leonardo para que se divorcie de mí, yo tal vez te lo agradezca.
Tras eso, Natalie dio media vuelta y se fue directamente, pero se detuvo en seco en una esquina.
Allí se paraba Leonardo, de gran estatura, mirándola fijamente con emociones incomprensibles en sus profundos ojos negros.
Consciente de que a él le disgustaba que mencionara el divorcio, el corazón de Natalie dio un vuelco.
Esperaba una reacción airada, pero él se dio la vuelta de repente y se alejó.
Al ver eso, Natalie frunció el ceño, pero al final decidió no seguirlo.
Cuando regresó a la sala de estar, Ricardo se acercó y le indicó en voz baja: -Tu abuela quiere hablar contigo. Está en su habitación, ve a verla.
Natalie asintió y se dirigió a la habitación.
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