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Capítulo 465
La cara de Leonardo estaba inexpresiva, los puños fuertemente apretados a sus costados delataban el más mínimo indicio de las emociones que estaba
conteniendo hasta el extremo y a punto de explotar.
Natalie se apresuró a decir: -Doctor, quiere decir… ¿Puede convertirse en un vegetal?
El médico asintió: -Si no se despierta en un mes, puede que no vuelva a despertarse.
-¿Qué?
Ramón, que se había quedado dormido en una silla, se despertó y cuando oyó que Antonia podía convertirse en un vegetal, su rostro se tornó extremadamente
serio.
Se levantó con la sorpresa en los ojos.
-¿Cómo puede ser un vegetal? ¡Hay tantas cosas que no le he preguntado! ¡ Puede que se despierte!
El médico frunció el ceño, -Me temo que eso no es posible, no podemos decidir cuándo se despierta la paciente.
Ramón apretó los dientes, -¡Tenemos que trasladarla! Si no pueden curarla aquí, ¡Imperialia puede curarla!
-Si ustedes lo deciden, respetamos su decisión, pero el estado de ella es muy malo, así que si ocurré algo de camino al hospital, ustedes serán responsables de las consecuencias.
El médico se marchó.
Ramón se enfadó y cogió el móvil, dispuesto a llamar a algún conocido de Imperialia.
Leonardo, que no había hablado desde anoche, le miró con frialdad: -No estoy de acuerdo.
Ramón se sobresaltó por su tono gélido e inconscientemente se volvió y miró a los ojos llenos de frío de Leonardo y sintió pánico.
-Leo……Leo, los médicos de Monteflor obviamente no son muy competentes, es mejor trasladar a tu madre a Imperialia…
Antes de que pudiera terminar la frase, Leonardo interrumpió fríamente.
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Aunque tengamos que trasladarla, no es ahora.
-Pero…
Leonardo ni siquiera volvió a inirarle, dio la vuelta y se marchó.
Natalie corrió tras él y finalmente lo detuvo antes de que subiera al coche.
-No puedes conducir, y anoche no pegaste ojo, te llevo para que descanses.
¡No, tengo cosas que hacer!
-¡Leonardo!
La voz de Natalie estaba teñida de ira, ¡Tienes que descansar hoy, y en cuanto a qué hacer con Tadeo, hablaremos de eso después!
Leonardo la miró, con ojos fríos,
tengo que hacer.
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