Sr. Ramos, su multimillonaria esposa quiere el divorcio novel Chapter 94

Capítulo 94 

Omar tenía rabia en la mirada, aunque estaba enfadado por lo que Natalie acababa de decir, no quería ofenderla. 

— 

Gisela lo miró y le dijo con decepción: Omar, pensé que esta vez volveríamos a ser felices, pero desde que estoy contigo siempre me has hecho sentir mal, jcreo que tengo que repensar nuestra relación! 

Al verla irse, Omar dudó unos segundos, pero no la persiguió. 

Señorita López, ¿está contenta ahora? 

– 

Natalie puso cara de indiferencia al encontrarse con los gélidos ojos de Omar y le dijo: — ¡¿Qué tiene que ver conmigo, entiendes lo que significa que te lo busques?! 

Si él y Gisela no hubieran venido a disculparse con Natalie, no habríamos llegado a esto. 

Sin embargo, como mujer, Natalie entendía muy bien que lo que acababa de hacer Gisela no era más que una forma de que Omar la persuadiera, y que en realidad no quería romper. 

Tras decir esto, Natalie entró en MY. 

En quince días, las heridas de Leonardo se curaron y empezó a ir a trabajar. 

Natalie vio que casi llegaría el momento. Llamó a su compañero Fermín para reunirse en un 

restaurante. 

A las ocho de la tarde, Natalie llegó puntual. 

Fermín vio a Natalie y sonrió. 

– 

Natalia, cuánto tiempo sin verte 

Natalie se sentó frente a él y cogió el menú, -Fermín, hoy pagas tú, ¿no? 

Fermín enarcó una ceja, 

– 

Pide lo que quieras, soy capaz de invitarte una comida. 

Natalie pidió algunos de sus platos favoritos y entregó el menú al camarero antes de mirar a 

Fermín. 

– Te dejo saltar la banca. 

Fermín sonrió: 

– 

Mi placer, si no te invito hoy, me temo que sigues enfada conmigo. 

– 

Natalie gruñó fríamente y dijo con una sonrisa irónica: Es bueno que lo sepas, la próxima vez si te atreves a hablarle de mí al Maestro, yo también tengo unas cosas interesantes sobre ti que puedo hablarle al Maestro. 

Fermín agitó la cabeza, 

– 

Me obligó el Maestro, ya sabes, que entre nuestros varios 

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+15 BONUS 

-Si el Maestro te pregunta, le pedirás que me pregunte a mí directamente. 

Esa es una buena idea. 

– 

Al ver la sonrisa en sus ojos, Natalie puso los ojos en blanco y dijo: “Pienso volver la semana que viene, ¿quieres volver conmigo? He oído del Maestro que tú tampoco has vuelto 

en tres años. 

– 

Bien, si no vuelves, el Maestro definitivamente no me dejará volver a verlo. 

– 

Natalie le miró: puedes impedirlo.