Capítulo 1756 Accidente calculado
“Esperar. ¿Te quedas despierto? “Sí. No puedo dormir, así que le envié un mensaje de texto a algunos amigos. Vamos a jugar algunos videojuegos”, se rió Julian. Jessie se sentó y sostuvo su brazo. Soy más importante que tus juegos. No te vas a ir.
Eh. Julian solo quería una excusa para irse. Si se quedaba por más tiempo, podría soltar su bestia interior. “Entonces, ¿quieres que me quede?” Con voz ronca, preguntó: “Sabes lo que eso significa, ¿verdad?”
Jessie frunció los labios. Le dio vergüenza decir esto, pero aún así, reunió el coraje para hablar. “Lo sé. Ya no soy un niño”. Julián tragó saliva. Se inclinó y sostuvo sus manos sobre su cabeza. “¿No te arrepentirás de esto?”
“No lo haré”. Ella le devolvió la mirada. No me arrepentiré de esto. “¿Por qué estás haciendo esto?” preguntó con voz ronca. ¿Por amor? No quiero obligarla.
“N-no quiero que te enfermes con otro resfriado. Basta de agua fría y ducha.” Esa fue la única excusa que se le ocurrió en ese momento.
Pero eso fue suficiente para Julian, suficiente para que él viera que ella lo amaba. Apagó las luces nocturnas, sumergiendo la habitación en la oscuridad. Las únicas fuentes de luz provenían de la luna y las estrellas titilantes del exterior. El aire se estaba volviendo caliente y pesado a un ritmo vertiginoso, y el único sonido que atravesaba el aire era la respiración dificultosa de Julian. Se sentía como si su aliento estuviera hecho de fuego.
Llegó el amanecer. Los rayos de sol se filtraban por la ventana y entraban en la habitación, iluminando a la pareja que dormía abrazada en la cama gris. La barbilla de Julian descansaba sobre la frente de Jessie, mientras ella descansaba su cabeza contra su pecho, su brazo actuando como su almohada. La expresión de su rostro hablaba de satisfacción, mientras su camisón yacía en el suelo hecho jirones. Mala calidad, quizás.
Julian se despertó primero, todavía incrédulo. Lo que sucedió la noche anterior fue una locura, y ahora Jessie finalmente era verdaderamente suya. Un sentido de responsabilidad lo invadió. Sabía que tenía una cosa más que proteger ahora. Él besó su frente suavemente como si dejara su huella en ella.
El beso despertó a Jessie y sus pestañas revolotearon mientras lo hacía. Miró a Julian como una cierva inocente y luego hundió la cara en su pecho.
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