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¿Tuvimos un hijo novel Chapter 2484

About ¿Tuvimos un hijo - Capítulo 2484

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"¿Hay algo en lo que pueda ayudar?" -Preguntó Shirley.

"Está bien. Simplemente disfruta del fuego”, dijo el hombre. Sólo podía sentarse en el sofá mientras miraba la tetera y escuchaba la lluvia afuera. En ese momento, sintió una calma y tranquilidad inusuales. Los guardaespaldas de afuera no vendrían a molestarlos y este lugar parecía una cabaña en el bosque sacada de un cuento de hadas. Se sintió mágico.

“¿Puedo subir y echar un vistazo?” -Preguntó Shirley.

"Seguro." Ella subió las escaleras. En el piso de arriba también había una sala de estar con una mesa de café y dos sofás de cuero. A lo lejos, las montañas brumosas ondulaban y exudaban una profunda belleza.

Entró al primer dormitorio. No era demasiado grande pero sí acogedor y limpio. Incluso la ropa de cama emitía una leve fragancia. El suelo de madera no tenía polvo y ya podía imaginar lo celestial que sería dormir allí por la noche. ¡Incluso los sueños aquí deben ser hermosos!

Pasó al segundo dormitorio. Era más grande y obviamente era el dormitorio principal. La cama era de un gris intenso, con sábanas y edredones de un azul intenso. Frente al ventanal del suelo al techo había una exquisita mesa de té acompañada de dos sencillos sofás.

Shirley se sintió como si estuviera en un cuadro. ¡Quizás este era el tipo de concepción artística que perseguían los influencers online!

Después de pasar un rato arriba, volvió a bajar. De repente, olió el rico aroma del café en el aire. Vio al hombre frente a la mesa, que ya había preparado dos tazas de café.

Ella se acercó a la mesa. El café con azúcar y leche era suyo. El hombre tomó la otra taza y caminó hacia la chimenea antes de apoyarse perezosamente en ella.

Parecía estar mirando un cuadro. La luz del fuego arrojó un tenue brillo en el rostro del hombre, dándole un suave resplandor.

Ella también tomó su café y se sentó frente a él. La madera crujió con un sonido tranquilizador que podía calmar a cualquiera.

Afuera la lluvia no daba señales de detenerse, pero toda la habitación estaba cálida y seca. Incluso el café que tenía en las manos sabía excepcionalmente bien.

"¿Vienes aqui a menudo?" -Preguntó Shirley.

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