Capítulo 960
Mirando su expresión de dolor, frunció el ceño. Sus súplicas le picaron el corazón aún más; un dolor tan intenso no era nada que hubiera experimentado antes.
Cuanto más le rogaba Angela que se fuera, más se quedaba allí. De repente, extendió los brazos, lo que sobresaltó a Ángela, obligándola a levantar la cabeza y mirarlo. Pero, sus miradas no se encontraron. Richard ni siquiera la estaba mirando; él la estaba respetando a su manera.
Ángela respiró hondo y tembló cuando los brazos de Richard pasaron por debajo de sus axilas y rodillas.
Richard llevó su estilo de novia y la colocó en el sofá. La herida sangrante sobresalía como un pulgar adolorido en su piel clara mientras creaba moretones alrededor de la piel. Después de taparla con su chaqueta, Richard fue al gabinete y regresó con un pequeño botiquín de primeros auxilios.
Las lágrimas amenazaban con caer de los ojos de Ángela, pero no del dolor de su herida; era porque odiaba lo inútil y miserable que era ahora.
Cuanto más quería mantener la distancia con él, menos podía hacerlo. Cuando Richard se agachó, levantó la cabeza y vio las lágrimas que ella estaba conteniendo. Frunció el ceño y dijo con frialdad: “No tienes que ser así. Con o sin ti, igual cancelaré el compromiso con Annie”.
Al escuchar sus palabras, Angela solo pudo mirarlo con los ojos muy abiertos y las lágrimas cayeron directamente.
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En ese momento, no sabía si sentir lástima por Annie o enfadarse consigo misma. De cualquier manera, esta relación entre ellos ni siquiera debería existir.
“Annie es una buena chica. Ella es bonita y tiene una personalidad alegre. Deberías darle una oportunidad”, Ángela bajó la cabeza y le aconsejó.
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