La Obesion del ceo por Maricel98 novel Chapter 135

Me encuentro en los brazos de Fernando. Él no deja de besar mi frente mientras me estrecha entre sus brazos.

—No tienes que ir, princesita.

Asentí—Yo quiero ir.

Nos acaban de informar que darán la sentencia del caso de Diego. Luego de esperar varios meses a que evaluarán el caso por fin llegó el anhelado momento.

Luchamos incansablemente para que no lo declaren inimputable debido a que por el ataque de los Pitbulls perdió parte de la pierna izquierda y la derecha además de sus extremidades. Esos animales me hicieron justicia porque no podrá volver a violar y mucho menos caminar.

Su abogado luchó para que le dén prisión domiciliaria y también alego que él no es una persona estable debido a los traumas que sufrió por la pérdida de su madre.

***

Me encuentro en el juicio junto con las demás personas a las cuales él lastimó y deseamos que pague.

Fernando rodea mi cintura y deja un beso en mi mejilla.

A medida que transcurrieron los minutos no logré quitar la mirada del hombre que arruinó mi vida. Él sonríe fríamente.

—Bien — Anuncia el juez —El jurado ha llegado a un veredicto,procederé a leer. Nosotros los honorables miembros del jurado encontramos al ciudadano Diego Valencia culpable del delito de fraude en contra de las empresas Galván & Valencia condenándolo a diez años de prisión, culpable del secuestro y abuso sexual en contra de Belinda Uriarte Galván condenándolo a veinticinco años. Culpable del atentado en contra de Fernando Valencia y el asesinato de la no nata Sara Uriarte Galván condenándolo a veinte años.

—¡Yo no mate a mi hija! —Gruñe molesto

—Silencio —Le exige el juez —También lo encontramos culpable del secuestro del menor Aarón Valencia condenándolo a diez años, culpable del asesinato de Aníbal Valencia, este asesinato es agravado por el vínculo por lo cual suma una cadena perpetúa y finalmente, lo encontramos culpable de muerte de Mario Gómez por lo cual se lo condena a treinta años y del secuestro de Elizabeth Valencia por lo cual se lo condena a diez años. Por lo antes dicho Diego Valencia es condenado a una totalidad de 145 años sin posibilidad de libertad condicional.

Cuando escuche esas palabras las lágrimas resbalaron en mis mejillas debido a la felicidad.

—¡No! —Exclama él en cuanto los guardias lo detienen y centra su mirada en mí—Aunque me pudra en prisión nunca cambiaras que hice contigo lo que quise, siempre serás mía, Belinda.

Quisiera decir que la condena de Diego fue el inicio de mi felicidad y que olvidé todo el daño que me causo, pero estaría mintiendo.Luego del juicio las pesadillas no dejaron de atormentarme nisiquiera Fernando y mis hijos lograron calmarme.

No deseaba salir a ningún lado porque el terror nunca me abandonaba. Tampoco quise volver a trabajar porque en ningún lugar me sentía a salvo de ese hombre a pesar de que él está encerrado.

Han transcurrido cinco años desde su condena, fue un proceso lento y muy doloroso, debí resurgir de mis cenizas.

Varias veces intente dejar a Fernando porque pensaba que él merecía a una mujer mejor, pero se negó y no me soltó la mano en ningún momento.

Sin él y mi familia nunca habría logrado superar tanto dolor, no sé que haría sin ellos.

Ocurrieron muchas cosas en estos años.

Las empresas superaron las crisis y actualmente somos la número uno en el mercado.

Mateo es un niño el cual habla normalmente como los demás y Margarita le dio una hermana a la cual adora.

Mi tío y Ángela tienen un bello matrimonio y están dichosos con el hijo de Wendy porque ella se caso con su novio.

Mariana está muy feliz porque hace algunos meses por fin liberaron a Ariel y los tres están formando una hermosa familia.

Emiliano él es uno de mis mejores amigos y padrino oficial de Elizabeth quien le tiene mucho cariño. Él continuo conoció a una mujer de la cual se enamoró y decidió quedarse a vivir con ella.

Muy seguido le escribe a su madre y también a mí. Nunca olvidaré todo lo que hizo por mí.

En cuanto, a la presidencia de la empresa Fernando no la quiso y yo tampoco por ello se la delegamos al experto en finanzas de la familia, Ariel.

He dejado el mundo de las finanzas y me estoy dedicando a estudiar diseño lo cual es lo que más amo en el universo y Fer se dedica a sus negocios yendo y viniendo de Estados Unidos.

Después de hablar mucho lo convencí de que acepte hablar con su madre y han formado otra vez una relación. Una vez al mes la visita en prisión y le muestra fotografías de los mellizos y Aarón.

Aarón y Megan han entrado en la adolescencia y mentiría si dijera que el pequeño no se está volviendo rebelde es un mini Fer en potencia y en cuanto a Megan ella es más tranquila y reservada.

Los mellizos son opuestos porque Elizabeth es el terremoto de la familia.

Ella corre, se ensucia, obliga a Fer a jugar a las muñecas y Maxi es bastante tranquilo, juguetón y amoroso aunque sigue a su hermana en sus locuras.

Me encuentro cepillando el cabello ondulado de mi hija porque hoy es el cumpleaños de Aarón.

—Con cuidado Mami

—Lo siento, amor — Bese su mejilla

Fuimos interrumpidas cuando Fernando se acercó con Maxi entre sus brazos quien está vestido con su camisa y su cabello impecable, él heredó el cabello liso de Fer por lo cual no es necesario peinarlo.

—¿Cómo se tardan mujeres?

—Ya ayudé a Megan a arreglarse ahora falta Ellie.

—Pero si Ellie es hermosa. —Él deja un beso en su mejilla mientras despeina su cabello y ella le lanza una mirada asesina

—Papi no

—Eres un desastre Fer—Me baje a la altura de Maxi y acomode su camisa —Así estás hermoso mi bebé bello. No te ensucies. ¿Quieres ver si Aarón está listo?

—Aarón me grita

—Porque Ari y tú tocan sus cosas, bebé. No finjas inocencia.

Maximiliano es tranquilo, pero cuando se junta con Ariel son capaces de quemar la casa ese par. Es exactamente como Fer y Ariel de pequeños.

Maxi se alejó y yo me seguí centrando en el cabello de Elizabeth.

—Ve por tu vestido, nena. Si necesitas ayuda me dices.

—Si Mami—Ella asiente y se marcha de mi habitación.

En cuanto Elizabeth cerró la puerta Fer tomó mi cintura y dejo besos en mi cuello.

—¿También me ayudarás a vestirme?

Reí —A ti te desvisto mi amor.

—No me tientes —Él une sus labios a los míos en un beso efusivo y salvaje el cual le seguí con la misma intensidad llevando mis manos a su cabello.

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