Summary of Capítulo 18 from La Obesion del ceo por Maricel98
Capítulo 18 marks a crucial moment in Internet’s Internet novel, La Obesion del ceo por Maricel98. This chapter blends tension, emotion, and plot progression to deliver a memorable reading experience — one that keeps readers eagerly turning the page.
Fue muy extraño lo que me ocurrió hace un par de días. No me di cuenta como llegué desde el carro de Diego hasta el sofá de mi casa.
Mentiría si dijera que Diego se ha vuelto a comportar como siempre.Los últimos días se ha mostrado simpático, comprensivo e incluso amable conmigo.
Si estamos hablando de Diego Valencia, el hombre que me humilló, apostó mi virginidad con sus amigos y me ha maltratado desde que tengo uso de razón.
Sé que es extraño, pero está cambiando de actitud conmigo.
Lo único que se me ocurre es que se debe al trabajo porque le he salvado el culo más de una vez.
En este instante me encuentro en la mansión de mi peor enemiga, Mariana Valencia y del examor de mi vida, Fernando Valencia.
Me encuentro sentada al lado de Diego, la organizadora, Mariana, Verónica y Doña Olga, están charlando sobre los preparativos de la futura boda.
Sobre el banquete, la luna de miel, las decoraciones del club y la Iglesia en la cual se realizará. Diego prácticamente asiente a todo y en cuanto a las decoraciones le entrego a Mariana las que yo escogí.
No comprendo porqué estoy acá, pero mi jefe insistió y prefiero estar aquí que en mi aburrida oficina, además ya no hay pendientes por hoy.
—¿Ya decidieron quienes serán los padrinos?— Pregunta la organizadora
—Mi hermano Fernando y mi mejor amiga Verónica.—Responde Mariana
—Ya organizamos el lugar, la Iglesia, la música, la decoración y la lista de invitados.Solamente faltarían las invitaciones, pero se encarga Mariana al igual que el diseño del vestido de novia y las damas. De la suite de la Luna de miel y los banquetes, se puede encargar el novio.
Él asiente —Ponte de acuerdo con Belinda.
—Bien—Ella me entrega su tarjeta —Llámame, niña.
—Está de más decirte que no estás invitada niña.—Me advierte Mariana
—Lo tengo presente, señorita Mariana.— Respondo
Puedo observar por debajo de la mesa que Verónica intenta pasar su pierna a la entrepierna de Diego, pero este se aleja.
¿Acaso se está volviendo fiel?
—¡Buenas tardes! —El señor Edward nos saluda —Un gusto verte, Belinda.
—Igualmente, señor Galván. — Respondo amablemente
Él siempre ha sido muy amable conmigo.Toda la primaria la cursé con Mariana y recuerdo que venía a esta casa a realizar las tareas en equipo, la señora Olga me trataba mal por ser becada, pero el señor siempre fue amable.
Mi abuela también le tiene mucho cariño porque lo conoce hace mucho tiempo al igual que a toda la familia. Creo que incluso él conoció a mamá porque ella durante un tiempo trabajo en la empresa, pero luego se casó con papá y se dedicó a él y a mí.
Me alejé de ellos para hacer una llamada a mi casa, pero al parecer nadie responde. Supongo que mi abuela debe estar haciendo algún mandado con mi pequeño.
Salí de mis pensamientos cuando alguien tomó mi cintura y dejo pequeños besos en mi cuello. Aunque se siente muy rico debo empujarlo.
—¿Me extrañaste?
Cuando me voltee confirme que se trata de él.
Su cabello está desordenado y su camisa arrugada, es evidente que durmió en el avión.
—Tal vez
—Yo supongo que sí, hermosa.
—Mañana paso por ti, quiero comerte a besos, pero aquí no podemos.
Rodee los ojos —Mañana no puedo tengo un cumpleaños.Te invitaría, pero me avergonzarías con mi familia como yo te avergüenzo a ti con la tuya.
—No me avergüenzas, no lo tomes así. Si lo quieres puedo gritar lo mucho que te amo.¡Amo a…!—Cubrí su boca con mi mano antes de que comience a gritar como un demente
—¡Estás loco!
—Por ti —Él vuelve a tomar mi cintura
—¡Fernando! —Nos alejamos cuando escuchamos los gritos de Diego
—¿Por qué tanto gritos? —Él le lanza una mirada asesina mientras toma mi cintura
—Te buscan —Seguido de Diego se acercó una mujer
Está mujer posee el cabello oscuro largo con un pequeño flequillo, ojos color café. Está vestida con una blusa blanca y unos shorts oscuros, debo reconocer que es muy hermosa aunque se ve algo pálida.
También lleva muñequeras color rosa y blanca.
—Jessica —Fórmula Fernando con una evidente sorpresa
—Sí soy yo mi amor, Diego me contacto. —Ella une sus labios a los suyos en un beso efusivo
—Dormiré con Aarón en casa de Wendy, Abuelita.
—Cuídense mucho —Ella deja un beso en la frente del pequeño
Solamente debo caminar unas seis cuadras rumbo hacia la pizzería y luego tres hacia la casa de Wendy.
En cuanto llegue me percaté de que el lugar está lleno de personas, lo cual es normal porque hoy es viernes. Entonces decidí esperar con Aarón en la plaza la cual se ubica en frente de la pizzería.
Por suerte, mi pequeño ya se está tranquilizando e incluso está jugando con otros niños con la pelota.
En estos momentos quisiera decirle quien soy.No soporto que mi pequeño piense que su madre no lo quiere cuando lo amo con toda el alma.
Cometí un grave error al cederle su custodia a mi tío.En principio creí que Graciela era una buena mujer y sería una excelente madre, pero no es así.
No puedo evitar que resbalen lágrimas de mis ojos al pensar en la situación que estoy viviendo.
—¡Belinda! —Él formuló mi hombre y maldije por dentro.
Me percaté de que un carro que conozco se estacionó en frente de mí y el conductor se acercó a mí.
—¿Cómo sabías que estaría acá? ¿Qué quieres? —Limpie mis lágrimas con mis manos
—Tu abuela me informo. No soporto verte llorar mi amor.Te juro que el asunto de Jessica tiene una explicación.
—Contigo todo es mentira, pero ya no me interesa, largate, Fernando.
—¡No me iré hasta que me escuches!
Estoy muy nerviosa porque mi hijo es el retrato de su padre y si Fernando lo ve él sabría que no lo obedecí y no aborte, no sé cómo reaccionaria.
—Estás muy rara ¿Vamos a cenar y te explico todo?.
Salí de mis pensamientos cuando los niños patearon la pelota hacía acá y se acercaron prácticamente corriendo.
—¡Aarón No! —Grité con todas mis fuerzas cuando me percaté de que la pelota se fue rumbo a la calle y mi pequeño fue detrás de ella sin mirar que viene un coche.
Fer y yo corrimos hacía a él lo más rápido que pudimos.Gracias al cielo él logró empujarlo evitando que el carro lo rosara.
Sin embargo, el golpe que sería para Aarón fue para Fernando.El coche se detuvo a tiempo, pero aun así logró golpearlo y tirarlo al suelo.
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